La justicia llegó al final
La justicia llegó al final
FOTO MARIO LIOTTA
La “Crema” ganó un partido sumamente complicado por la mínima diferencia y se trepó nuevamente a la cima de las posiciones. Luis Lagrutta en la última jugada del partido anotó el único tanto del cotejo. El próximo sábado el conjunto “celeste” volverá a presentarse en Alberdi, esta vez ante la C.A.I.
Atlético de Rafaela está agotando las maneras de ganar para continuar siendo el líder de la Primera “B” Nacional. Si algo le faltaba a esta campaña, ayer consiguió ante un buen marco de público una agónica e invalorable victoria antePatronato de la Juventud Católica de Paraná, rival tan complicado como se esperaba, 1 a 0. Sobre la hora.
El juego fue tenso, parejo y muy trabado. Pero cuando consiguieron hacerse de la pelota, en ambos equipos primó la intención de jugar. Hasta el pasaje claro, porque en los últimos 20 minutos los jugadores visitantes, apremiados por el asedio “celeste”, no tuvieron otra que empezar a tirarla para arriba.
Pero empecemos por el principio. El primer tiempo fue parejo, los dos equipos mostraron credenciales y tuvieron situaciones de riesgo. Hubo “batalla” por cada centímetro del campo, los entrerrianos nunca se desincronizaron, tal como se preveía.
La “Crema” apostó a la pelota por abajo, soltó a Castro y juntó volantes alrededor de él. Pero le faltó precisión ante la buena cobertura de los hombres de Fuentes. Además sufrió con el juego físico propuesto por la defensa visitante, que se excedió del límite. Fayart y fundamentalmente Andrade tuvieron “zona liberada” en las proximidades del área de Bértoli. A Rapallini le pesó el partido, casi nunca cobró los empellones que sufrieron Carignano y González, entre otras fallas. Dicen que son errores que no determinan un resultado. ¿Quién lo puede afirmar? Nadie. Lo cierto y concreto es que después de ver a Rapallini los “fiscales” de turno pueden dejar de afirmar que hay una campaña arbitral empujando a la “Crema”.
Patronato puso lo suyo. Devalis y Espínola jugaron bien profundos, para que Sacks y Zbrun no suban y para ganar la espalda de Castro. Los volantes centrales nunca se separaron y los defensores… lo dicho. Y arriba Jara y Roda se mantuvieron activos, latentes. El primero metió un par de zurdazos que le pusieron los pelos de punta a la popular de calle Urquiza y el segundo metió un exquisito cabezazo al travesaño.
El segundo tiempo arrancó con una presión a fondo de Atlético, pero Patronato, a pie firme, respondió con personalidad. Y lejos de subirse sobre los hombros de Bértoli, se animó a manejar el balón al menos hasta los 20 minutos.
Entonces en ese momento la “Crema” se dio cuenta que tenía que sacar el plus que lleva adentro para ganar ese bravo partido. Ya no hubo ordenamiento táctico y quedó expuesto a la contra. Abajo quedó una línea de tres, aunque Carniello y Martín Zbrun también se soltaron, Iván volvió a ser enganche y también Castro, pero tirado a la izquierda. Fissore cubrió la banda izquierda y Serrano se paró en el medio. Todo para adelante.
Hubo centros, pases en cortada y paredes por doquier. La más clara llegó a los 35 minutos: triangulación perfecta Castro – Carignano –González, para que Federico quede de cara a Bértoli. Se la alcanzó. Parecía que ya no iba a entrar.
Llegaron los cambios, entre ellos el ingreso de Lagrutta, ávido de revancha. Hubo dos claros penales sin cobrar: de Andrade a González y de Miranda a Matías Zbrun. Rapallini a esa altura ya redondeaba una actuación casi pésima.
Pero el fútbol a veces es justo y ayer también. Porque en la jugada que cerraba el pleito Jonathan López la llevó como “11”, metió un pase bajo al área, Matías le gritó a Castro “dejala!” y su pedido resonó en un “Monumental” expectante. “Nico” abrió las piernas y Zbrun le dio mordido, alargando el balón para permitirle a Lagrutta definir de cara a su gente para gritar los tres puntos. Le dio de derecha, cruzado, y nada puso hacer Bértoli, revolcado por el piso. Y no hubo más, Rapallini marcó el final cuando el "Patrón" movió del medio y los jugadores "celestes" festejaron. Pero no con dramatismo, sino con el ceño fruncido de los que se quedan con lo que merecieron.
Lo merecía Luis, que una vez fue declarado prescindible por Marcelo Fuentes. Lo merecía la “Crema”, porque lo buscó siempre y puso lo que hay que poner. Lo merecía la gente, que esta vez sí pobló de manera considerable el estadio y ve cómo su sueño se está haciendo carne.
Ganó Atlético, porque hizo lo suficiente y no bajó los brazos ante un equipo inferior individualmente, superior tácticamente. Desplegó lo que tienen los conjuntos ganadores y sigue su racha positiva. El sábado jugará otro capítulo de la temporada, ante otro rival que vendrá a hacer saltar todos los pronósticos.
El juego fue tenso, parejo y muy trabado. Pero cuando consiguieron hacerse de la pelota, en ambos equipos primó la intención de jugar. Hasta el pasaje claro, porque en los últimos 20 minutos los jugadores visitantes, apremiados por el asedio “celeste”, no tuvieron otra que empezar a tirarla para arriba.
Pero empecemos por el principio. El primer tiempo fue parejo, los dos equipos mostraron credenciales y tuvieron situaciones de riesgo. Hubo “batalla” por cada centímetro del campo, los entrerrianos nunca se desincronizaron, tal como se preveía.
La “Crema” apostó a la pelota por abajo, soltó a Castro y juntó volantes alrededor de él. Pero le faltó precisión ante la buena cobertura de los hombres de Fuentes. Además sufrió con el juego físico propuesto por la defensa visitante, que se excedió del límite. Fayart y fundamentalmente Andrade tuvieron “zona liberada” en las proximidades del área de Bértoli. A Rapallini le pesó el partido, casi nunca cobró los empellones que sufrieron Carignano y González, entre otras fallas. Dicen que son errores que no determinan un resultado. ¿Quién lo puede afirmar? Nadie. Lo cierto y concreto es que después de ver a Rapallini los “fiscales” de turno pueden dejar de afirmar que hay una campaña arbitral empujando a la “Crema”.
Patronato puso lo suyo. Devalis y Espínola jugaron bien profundos, para que Sacks y Zbrun no suban y para ganar la espalda de Castro. Los volantes centrales nunca se separaron y los defensores… lo dicho. Y arriba Jara y Roda se mantuvieron activos, latentes. El primero metió un par de zurdazos que le pusieron los pelos de punta a la popular de calle Urquiza y el segundo metió un exquisito cabezazo al travesaño.
El segundo tiempo arrancó con una presión a fondo de Atlético, pero Patronato, a pie firme, respondió con personalidad. Y lejos de subirse sobre los hombros de Bértoli, se animó a manejar el balón al menos hasta los 20 minutos.
Entonces en ese momento la “Crema” se dio cuenta que tenía que sacar el plus que lleva adentro para ganar ese bravo partido. Ya no hubo ordenamiento táctico y quedó expuesto a la contra. Abajo quedó una línea de tres, aunque Carniello y Martín Zbrun también se soltaron, Iván volvió a ser enganche y también Castro, pero tirado a la izquierda. Fissore cubrió la banda izquierda y Serrano se paró en el medio. Todo para adelante.
Hubo centros, pases en cortada y paredes por doquier. La más clara llegó a los 35 minutos: triangulación perfecta Castro – Carignano –González, para que Federico quede de cara a Bértoli. Se la alcanzó. Parecía que ya no iba a entrar.
Llegaron los cambios, entre ellos el ingreso de Lagrutta, ávido de revancha. Hubo dos claros penales sin cobrar: de Andrade a González y de Miranda a Matías Zbrun. Rapallini a esa altura ya redondeaba una actuación casi pésima.
Pero el fútbol a veces es justo y ayer también. Porque en la jugada que cerraba el pleito Jonathan López la llevó como “11”, metió un pase bajo al área, Matías le gritó a Castro “dejala!” y su pedido resonó en un “Monumental” expectante. “Nico” abrió las piernas y Zbrun le dio mordido, alargando el balón para permitirle a Lagrutta definir de cara a su gente para gritar los tres puntos. Le dio de derecha, cruzado, y nada puso hacer Bértoli, revolcado por el piso. Y no hubo más, Rapallini marcó el final cuando el "Patrón" movió del medio y los jugadores "celestes" festejaron. Pero no con dramatismo, sino con el ceño fruncido de los que se quedan con lo que merecieron.
Lo merecía Luis, que una vez fue declarado prescindible por Marcelo Fuentes. Lo merecía la “Crema”, porque lo buscó siempre y puso lo que hay que poner. Lo merecía la gente, que esta vez sí pobló de manera considerable el estadio y ve cómo su sueño se está haciendo carne.
Ganó Atlético, porque hizo lo suficiente y no bajó los brazos ante un equipo inferior individualmente, superior tácticamente. Desplegó lo que tienen los conjuntos ganadores y sigue su racha positiva. El sábado jugará otro capítulo de la temporada, ante otro rival que vendrá a hacer saltar todos los pronósticos.
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